¿Qué es el empoderamiento del paciente? – El término empoderamiento se emplea desde hace unos años como traducción del inglés empowerment. Hay en la actualidad múltiples definiciones de empoderamiento en el campo de la salud. La Organización Mundial de la Salud (OMS), por ejemplo, define empoderamiento como un “proceso mediante el cual las personas adquieren un mayor control sobre las decisiones y acciones que afectan su salud, para ello, los individuos y las comunidades necesitan desarrollar habilidades, tener acceso a la información y a los recursos, y la oportunidad de participar e influir en los factores que afectan su salud y bienestar”.
El paciente debe conocer en profundidad cuál es su estado de salud o enfermedades Debe tener control sobre su estado de salud o enfermedad Asimismo, debe participar en la toma de decisiones sobre su salud en coordinación con los profesionales sanitarios El paciente es responsable en cuanto al cuidado de su salud Se forma e informa sobre salud y tiene los mecanismos necesarios para decidir
Contents
¿Como debe ser el comportamiento de un médico?
PRINCIPIOS GENERALES – 1.El deber principal del médico es promover la salud y el bienestar de los pacientes individuales proporcionando atención competente y compasiva de acuerdo con las buenas prácticas médicas y con profesionalismo. El médico también tiene la responsabilidad de contribuir a la salud y al bienestar de la población a la que atiende y de la sociedad en general, incluidas las futuras generaciones.
Al prestar atención médica, el médico debe respetar la vida y dignidad humana y la autonomía y los derechos del paciente.2. El médico debe ejercer la medicina de forma justa y equitativa, y prestar atención en función de las necesidades de salud del paciente sin prejuicio o discriminación injusta en función de la edad, enfermedad o discapacidad, credo, origen étnico, género, nacionalidad, afiliación política, raza, cultura, orientación sexual, posición social o cualquier otro factor.3.
El médico debe esforzarse por utilizar los recursos sanitarios de la manera que beneficie óptimamente al paciente, mientras sean consistentes con la administración justa, equitativa y prudente de los recursos compartidos que se le confían.4. El médico debe ejercer con conciencia, honestidad, integridad y responsabilidad, y siempre aplicar su opinión profesional independiente y mantener el más alto nivel de conducta profesional.5.
Los médicos no deben permitir que su opinión profesional se vea influida por la expectativa de beneficiarse a sí mismos o a su institución. Deben reconocer y evitar los conflictos de intereses reales o potenciales. Cuando dichos conflictos sean inevitables, deben declararse con antelación y gestionarse adecuadamente.6.
Los médicos deben asumir la responsabilidad de sus decisiones médicas y no deben alterar las opiniones médicas profesionales sólidas sobre la base de instrucciones de personas que no son médicos.7. Cuando sea médicamente apropiado el médico debe colaborar con otros médicos y profesionales de la salud que estén involucrados en el cuidado del paciente o que estén cualificados para evaluar o recomendar opciones de tratamiento.
Esta comunicación debe respetar la confidencialidad del paciente y limitarse a la información necesaria.8. Cuando proporcione una certificación profesional, el médico solo debe certificar lo que ha verificado personalmente.9. Los médicos deben proporcionar ayuda en las emergencias médicas, considerando su propia seguridad y competencia, y la disponibilidad de otras opciones viables de atención.10.
El médico nunca debe participar o facilitar actos de tortura, castigos u otras prácticas crueles, inhumanas o degradantes.11. El médico debe tener un aprendizaje continuo a lo largo de su vida profesional, a fin de mantener y desarrollar su conocimiento profesional y habilidades.12.
¿Cómo entender al paciente?
Escuchar a los pacientes sin juzgarlos es un acto de compasión («tener pasión con») que implica respeto y reafirma la validez de su experiencia. La atención no crítica sirve de espejo para que los pacientes se vean a sí mismos como realmente son.
¿Qué define a un buen médico?
Las 11 cualidades de un buen médico – Un buen médico: Respeta a las personas, sanas o enfermas, independientemente de lo que sean. Nunca juzga ni censura a sus pacientes. Un buen médico: Apoya a los pacientes y a sus seres queridos cuando y donde lo necesitan, evaluando cada situación cuidadosamente.
La empatía es una de las cualidades más valoradas por un paciente. Un buen médico: Promueve la salud, así como el tratamiento de la enfermedad, participando en campañas de concienciación. Un buen médico: habla de forma directa, sin tratar de esconder la verdad al paciente, utilizando un lenguaje sencillo que cualquiera pueda entender (esto significa no distraerse en tecnicismos).
Un buen médico: Abraza el poder de las tecnologías de información y comunicación para apoyar a las personas proporcionándoles la mejor información disponible, respetando sus valores y preferencias individuales. Un buen médico: Siempre hace las preguntas de forma educada, dejando que la gente hable y escuche con cuidado.
- Un buen médico: Da asesoramiento imparcial y permiten que el paciente participe activamente en todas las decisiones relacionadas con su atención médica y salud.
- Un buen médico: Utiliza las pruebas como una herramienta, no como un factor determinante de la práctica.
- No les importa repetir una prueba si es para descartar cualquier posibilidad.
Un buen médico: Humildemente acepta la muerte como una parte importante de la vida; y ayudan a la gente a tomar las mejores disposiciones posibles cuando la muerte está cerca Un buen médico: Trabaja en cooperación con otros miembros del equipo de salud siempre buscando lo mejor para el paciente.
Un buen médico: Es defensor proactivo para sus pacientes, mentor para otros profesionales de la salud, y está listos para aprender de los demás, independientemente de su edad, papel, o estado Un buen médico: Tiene una vida equilibrada y cuidan de sí mismos tanto como de sus familias. A un paciente pocas cosas le generan peor impresión que un médico con mal aspecto, porque piensan, “¿si no es capaz de cuidar de sí mismo como va a poder cuidar de los demás?”.
¿Qué opinas de estas cualidades de un buen médico ? ¿Echas alguna en falta? Comparte tu opinión en los comentarios.
¿Cuáles son las funciones de un médico?
Los médicos diagnostican, tratan y ayudan a prevenir dolencias. La relación del médico con sus pacientes es muy importante, puesto que les proporcionan información, apoyo y consuelo, además de tratamiento.
¿Cuál es la responsabilidad médica?
La responsabilidad profesional médica es la obligación que tienen los médicos de reparar y satisfacer las consecuencias de los actos, omisiones y errores voluntarios e involuntarios incluso, dentro de ciertos límites, cometidos en el ejercicio de su profesión.
¿Como un médico puede respetar la dignidad de sus pacientes?
La medicina dota hoy al médico de una indudable influencia sobre la persona enferma y como tal más débil y necesitada. Como explica, al respecto, el doctor Luis Ciprés en este artículo, es la exigencia deontológica la que hace que el médico renuncie a ser un dominador de sus semejantes y establezca con ellos una relación de servicio, que será más intensa en momentos de más necesidad Madrid, 18 de marzo 2013 (medicosypacientes.com) El Código de Deontología Médica (CDM) comienza el capítulo II con un articulo, el 5.1, que contiene la esencia y el resumen de la mayoría de los principios de la Deontología Médica “La profesión médica está al servicio del ser humano y de la sociedad.
Respetar la vida humana, la dignidad de la persona y el cuidado de la salud del individuo y de la comunidad son los deberes primordiales del médico.”. Se podría decir que en las ideas contenidas en este punto se contienen los grandes principios de la Deontología: -Carácter de servicio de la profesión médica.
-Dimensión individual y social de la profesión. -Respeto como actitud ética fundamental del médico dirigido fundamentalmente a la vida y dignidad del hombre. -Deber de cuidar la salud tanto del individuo como de la comunidad. No es nuevo el compromiso de servicio del médico, que aparece en muchos textos deontológicos de la Asociación Médica Mundial: “Prometo solemnemente consagrar mi vida al servicio de la humanidad” (Declaración de Ginebra); “El médico debe, en todos los tipos de practica médica, empeñarse en ofrecer su servicio profesional con competencia, plena independencia técnica y moral, con compasión y respeto por la dignidad del hombre” (Código de Londres) “Es privilegio del médico practicar la medicina en servicio de la humanidad” (Declaración de Tokyo).
- La medicina dota hoy al médico de una indudable influencia sobre la persona enferma y como tal más débil y necesitada.
- Es la exigencia deontológica la que hace que el médico renuncie a ser un dominador de sus semejantes y establezca con ellos una relación de servicio, que será más intensa en momentos de más necesidad.
Este servicio consiste ordinariamente en la conjunción de disponibilidad, competencia y respeto con que el médico atiende a todas las personas sin condicionamientos de ningún género. En ocasiones extraordinarias la obligación de servicio a los pacientes impone al médico el ejercicio del altruismo, arriesgando su propia seguridad o bienestar por atender las necesidades del prójimo, como atiende el artículo 5.3 del CDM: “La principal lealtad del médico es la que debe a su paciente y la salud de éste debe anteponerse a cualquier otra conveniencia.
El médico no puede negar la asistencia por temor a que la enfermedad o circunstancias del paciente le suponga un riesgo personal.”. La relación entre paciente y médico, incluso hoy en día que hay una mayor información y autonomía de los pacientes, sigue siendo una relación asimétrica, en la que la debilidad se encuentra con la fortaleza, el temor con la seguridad y la ignorancia con la ciencia.
Por ello, la relación medico-paciente ha de estar presidida por el respeto a la integridad de la persona. Este respeto excluye toda manifestación de superioridad o arrogancia. Ahora bien, no es menos cierto que este respeto ha de ser mutuo, el paciente no debe tener actitudes fuera de lugar o intentar variar o incluso violar las convicciones científicas o morales del médico.
Ha pasado a la historia la actitud paternalista del médico. La autonomía del paciente ha establecido una relación de igual a igual en el trato y en la toma de decisiones. Pero aun así el médico ocupa, de ordinario, una posición de autoridad que no le puede llevar a tratar a sus enfermos como si fueran entes abstractos o seres humanos con menor capacidad para la comprensión de los temas relacionados con la salud.
La dignidad personal obliga al médico a reconocer al paciente como alguien que es libre y con capacidad de comprensión: de allí nace el deber del médico de informarle acerca de su enfermedad y de los procedimientos diagnósticos y terapéuticos necesarios de modo que entienda sus explicaciones y consejos y pueda consentir y tomar decisiones con la madurez de un ser adulto y moralmente responsable.
El respeto hacia el paciente no es solo la cortesía y buena educación que, por supuesto, deben presidir las relaciones del médico con su paciente, sino que alcanza un grado superior, cual es el respeto deontológico y ético, en que el médico es capaz de ponerse a la altura de las personas en todos los aspectos, sobre todo en la información y además captar sus valores con una exquisita sensibilidad para respetarlos.
Son manifestaciones de respeto el conocer y valorar las distintas circunstancias familiares y personales de los pacientes, el ser respetuosos con su tiempo, el no establecer discriminación de personas en función de la raza, sexo, edad, creencias etc.
- El artículo 5.2 del CDM obliga al médico recordando que “El médico debe atender con la misma diligencia y solicitud a todos los pacientes, sin discriminación alguna.”.
- Este artículo recoge una vieja tradición deontológica y testimonios antiguos y conmovedores que muestran como el médico no excluye a nadie de sus cuidados.
Al situarse ante sus pacientes, el médico rechaza cualquier factor de discriminación, tanto externo y objetivo (raza, religión, situación social y económica) como interno o subjetivo (los sentimientos que el paciente le inspire o la enfermedad que padece).
La concreción de este deber de no discriminar consiste en que el médico debe atender a todos los pacientes con la misma competencia técnica, la misma calidad científica, la misma seriedad profesional y el mismo trato humano. No puede dar pie a que ningún paciente pueda sentirse discriminado en función de alguno de sus rasgos personales.
Luis Ciprés Casasnovas. Miembro de la Comisión Central de Deontología de la OMC