HOSPITAL SAN JUAN DE DIOS Atención médica Que Relacion Existe Entre Un Medico Y Un Laboratorio Clinico?

Que Relacion Existe Entre Un Medico Y Un Laboratorio Clinico?

Que Relacion Existe Entre Un Medico Y Un Laboratorio Clinico
El Laboratorio Clínico ayuda al médico en cualquier momento y en cualquier etapa de la evaluación clínica : al tratar de detec- tar una enfermedad, al confirmar un diagnóstico, al evaluar el tratamiento.

¿Qué hace un médico en un laboratorio clínico?

¿Qué son los servicios de laboratorio? Fuente: Propia – Los laboratorios clínicos son un eslabón de gran importancia en la preservación de la salud colectiva El laboratorio clínico es el lugar donde los técnicos y profesionales en análisis clínicos, analizan muestras biológicas humanas que contribuyen al estudio, prevención, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades.

También se conoce como laboratorio de patología clínica, y utiliza las metodologías de diversas disciplinas como la bioquímica- también llamada química clínica – hematología, inmunología y microbiología. En el laboratorio clínico se obtienen y se estudian muestras biológicas diversas, como sangre, orina, líquido sinovial (articulaciones), líquido cefalorraquídeo, exudados faríngeos, entre otros tipos de muestras.

Los laboratorios prestan servicio tanto a pacientes externos como internos de clínicas y hospitales. Los exámenes que se requieren de los enfermos hospitalizados se hacen mediante muestras que se toman en las unidades de hospitalización. Los laboratorios médicos son un eslabón clave en el mantenimiento de la salud colectiva, ya que con las informaciones recabadas a través de su labor, los profesionales de la salud toman decisiones acertadas para el bienestar de los pacientes, e incluso para salvar vidas.

¿Qué relación hay entre el médico y el paciente?

SIMPOSIO: BIOÉTICA Y ATENCIÓN DE LA SALUD SEXUAL Y REPRODUCTIVA La relación médico paciente: consideraciones bioéticas The doctor-patient relationship, bioethical considerations Alfonso Mendoza F.1 1. Médico Psiquiatra, Profesor de Psiquiatría y de Bioética de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

  1. Lima, Perú RESUMEN A pesar de los vertiginosos cambios operados en el ejercicio de la profesión por el propio desarrollo de la medicina en el mundo contemporáneo, la relación médico paciente sigue siendo la piedra angular del acto médico.
  2. Sin embargo – y ese es el objetivo del presente artículo – ella requiere ser examinada bajo una nueva luz, no solamente por lo antedicho, sino también por el relanzamiento de la reflexión ética, que nos recuerda que la relación médico paciente es ante todo un encuentro interpersonal, en el que ambas partes deliberan conjuntamente para tomar las decisiones más correctas, siempre en el marco de los principios de la bioética y los derechos fundamentales de la persona humana.

Palabras clave. Relación médico-paciente, Bioética, Derechos humanos. ABSTRACT Despite the vertiginous changes in the professional medical practice due to the development of medicine in the contemporary world, the patient-doctor relationship continues being a cornerstone of the medical act.

The objective of this paper is though that this relationship requires to be examined under a new vision, not only in light of what has been said above, but also because of the relaunching of the ethical reflection that the doctor-patient relationship is first of all an interpersonal encounter in which both sides deliberate together to take the right decision, always within the scope of the principles of bioethics and the fundamental rights of the human person.

Keywords : Doctor-patient relationship, Bioethics, Human rights. Introducción Excepto la relación amorosa y la relación madre niño, tal vez ninguna otra relación entre seres humanos haya suscitado tanto interés a lo largo de la historia como la relación médico paciente.

  1. Eje vertebrador de la profesión médica, ella moviliza poderosas fuerzas humanas: fe, esperanza, confianza, fortaleza moral y aceptación de la adversidad –la enfermedad– como fenómeno vital y como experiencia racional.
  2. En las últimas décadas la medicina ha evolucionado mucho más que en cualquier otro período similar de su devenir histórico.

Por lo mismo, la relación médica ha sufrido cambios radicales pero manteniendo su carácter de basamento del acto médico. Tales cambios no han sido fruto del azar sino la expresión de vastos y profundos estremecimientos sociales que jalonan el advenimiento de la modernidad, en el seno de los cuales tuvo lugar, como diría Von Weizsäcker V, la introducción del sujeto en la historia y el nacimiento de la democracia, la secularización, el pluralismo y la doctrina de los derechos humanos, y cuyas repercusiones en el campo médico solo se objetivarían hacia la segunda mitad del pasado siglo, y en cuyo marco se dio la revolución médico sanitaria que relanzó la reflexión ética en el ámbito de la atención de la salud.

  1. En occidente, durante siglos, y en consonancia con los preceptos hipocráticos, la relación médico paciente estuvo signada por el paternalismo médico.
  2. En ella era el médico quien, poseedor del conocimiento acerca de la enfermedad, decidía por el paciente, asumiéndose que este no solo desconocía el arte de la medicina sino que, por la misma enfermedad, que perturbaba su capacidad de juicio, se tornaba incompetente moral.

Por tanto, se aceptaba que el médico hiciera todo por el paciente, pero sin la participación de este en la toma de decisiones. La entrada del sujeto en la historia a la que hemos hecho alusión antes, es decir el reconocimiento de todo ser humano como un agente moral autónomo, con la capacidad de autodeterminarse, constituye uno de los elementos claves del mundo moderno y la fuente de los más significativos cambios en la relación médico paciente.

Desde este momento, ella se aleja del paternalismo médico y deviene una relación más horizontal y democrática, en la que la participación del paciente es fundamental en el proceso de toma de decisiones, fruto no ya del parecer del médico sino de la deliberación conjunta entre el médico, el paciente y hasta terceras personas implicadas en el acto médico (por ejemplo, familiares y, en ocasiones, el juez).

Acontecimientos que han modificado la actividad médica Como señala Rubio Sánchez (1), entre tales cambios cabe citar el desarrollo de la ciencia en general y de la ciencia médica en especial: la tendencia a la ultraespecialización, que conduce a que se pierda de vista la integridad y la complejidad del ser humano; la sofisticación creciente de los procedimientos de diagnóstico y terapia, que imponen una suerte de barrera tecnológica entre el médico y el paciente, y que han transformado los hospitales en centros de alta tecnología; la aceptación de la salud como un derecho, con el consiguiente crecimiento de la demanda por la atención de salud; y la introducción de las leyes del mercado, que han llevado a que, no pocas veces, el paciente sea visto más como un objeto de lucro que como una persona doliente y necesitada de ayuda.

Todo ello explica en gran medida que, al lado de la admiración que nos produce la constatación de verdaderas proezas médicas, crezca también la insatisfacción de los usuarios de los sistemas de salud, hecho que va de la mano con la declinación de los valores éticos profesionales y el severo enjuiciamiento de la profesión médica por parte de la opinión pública, más atenta que nunca a los casos de ‘mala práctica’, con la consecuente pérdida del estatus y el prestigio de la profesión.

D e la relación médico paciente a la relación clínica Anota Gracia D (2) que la relación clínica es aquella que tiene lugar entre una persona que considera su salud amenazada y alguien que posee el saber y la técnica para hacer frente a la enfermedad y restaurar la salud comprometida o en riesgo.

Tradicionalmente se hablaba de la relación médico–enfermo. Pero, hoy, como resultado de los acontecimientos que han afectado la práctica de la medicina, la cuestión se nos presenta mucho más compleja. En primer lugar, el médico no es necesariamente quien atiende al paciente sino algún otro miembro del equipo de salud, en cuyo caso estamos frente a la relación sanitario– enfermo.

Sin embargo, sucede que quien consulta no necesariamente está enfermo y si acude a la consulta es justamente para que se determine su condición. Por tal razón se tiende a emplear la denominación médico–paciente para dicha relación, pero hay quienes objetan el término paciente, pues coloca a la persona en una situación de pasividad frente al papel activo del médico.

Por ello se ha sugerido otras denominaciones: ‘usuario’, ‘cliente’, ‘consumidor’, aunque ninguna de ellas carece de objeciones. Cabe decir, de un modo general, que los administradores de los servicios de salud tratan con ‘usuarios’, los técnicos con ‘pacientes’, y los clínicos propiamente dichos con ‘enfermos’.

Para el mencionado Gracia D, el término relación clínica abarca todos los demás. Sin embargo, en nuestro medio lo habitual es hablar de la relación médico–paciente, por lo que usaremos preferentemente esta denominación, al lado de la relación clínica o de la relación médico–enfermo, según los casos.

Fundamento de la relación entre el médico y el enfermo De acuerdo con Laín Entralgo (3), cuya obra fundamental nos sirve de guía, diremos que la relación entre el médico y el enfermo adopta en el mundo actual formas muy distintas según que la atención se realice en un consultorio privado, la sala de un hospital, el consultorio en un establecimiento de la primera línea de atención, o el campo de batalla, entre otros, pero, sea como sea, cuando es correcta, dicha relación tiene como fundamento lo que podría considerarse un modo de amistad, la amistad médica, en la cual una de las partes pone su saber y su voluntad de ayuda técnica, y la otra su menesterosa confianza en la medicina y en el médico que la atiende.

Y ello es válido aun aceptando que la complejidad de la medicina contemporánea implica una serie de actos médicos realizados por diversos miembros del equipo de salud, puesto que, en algún momento, se establece siempre una relación interpersonal. Ahora bien, una relación de ayuda puede ser la de los camaradas, quienes colaboran mutuamente en pos de lograr un bien objetivo exterior a cada uno de ellos, constituyendo lo que se llama un dúo; pero también puede adoptar la forma de aquellos que, más allá de un determinado bien objetivo, aspiran a establecer una comunión, vale decir, una relación más intensa, que puede denominarse diádica, sea esta amistosa o erótica.

  1. La relación médico paciente se situaría entre el dúo de la camaradería y la díada de la amistad genuina y la relación amorosa, que se da entre dos personas que aspiran a establecer un lazo personal, un vínculo afectivo poderoso, una comunión.
  2. Laín Entralgo le asigna a la relación médico paciente el carácter de una ‘cooperación cuasi diádica de ayuda’, orientada hacia el logro, por parte del paciente, del hábito psicosomático que solemos llamar salud.

En ella se articulan las operaciones objetivantes, que apuntan a tornar objetivas las manifestaciones o signos de la enfermedad, y las operaciones empáticas o coejecutivas, que implican el situarse bajo el marco de referencia del paciente para sentir, aun cuando sea brevemente, lo que el paciente siente y penetrar en el sentido que le da a su padecimiento.

  • Para Laín una auténtica relación médico–paciente constituye una verdadera filantropía, es decir, la expresión secularizada del amor cristiano por el prójimo, en la cual se integran la amabilidad, la procura del bienestar del amigo, la confidencia y el respeto por la dignidad de la persona humana.
  • Estructura de la relación médico–enfermo Desde otra perspectiva, Laín distingue en la estructura de la relación médico–enfermo cuatro aspectos principales: el fin propio de la relación, el modo de la convivencia que en ella se establece, el vínculo propio de la relación y, finalmente, la comunicación propia entre el médico y el paciente.

El fin propio de la relación clínica es la salud del paciente. Aquí, precisa Laín, contrariamente a lo que sostienen algunos, el fin último del médico no puede ser la bondad moral del ser humano o su felicidad. Estas no son consecuencia necesaria de la salud y dependen por un lado, de lo que cada persona haga por sí misma en ejercicio de su libertad para hacer realidad su proyecto vital y, por el otro, de esa enigmática determinación de la vida humana representada por el azar.

El modo propio de la relación médico paciente consiste en la equilibrada combinación de las operaciones objetivantes y las operaciones empáticas necesarias para el diagnóstico y tratamiento y, en suma, para el acompañamiento del paciente durante el proceso de enfermedad. Dado que la relación médico–paciente es ante todo un encuentro interpersonal, el médico debe intentar siempre aprehender el sentido que para la persona tiene la enfermedad que padece, teniendo en cuenta que hay peculiaridades en función del modo de enfermar, sea que estemos ante una enfermedad aguda, una crónica, una predominantemente somática o predominantemente psíquica.

El vínculo propio de la relación médico–paciente es aquel en el que adquieren una realidad concreta los actos objetivantes y empáticos antes mencionados. Si bien este vínculo muestra un abanico de distintas posibilidades, cuando la relación es óptima, el vínculo que une entre sí al médico y al enfermo es el eros terapéutico, la filantropía, vale decir el amor al prójimo.

  • Laín nos recuerda que Paracelso escribía que es el amor lo que nos hace aprender el arte de la medicina, y fundamentalmente nuestra vocación por cuidar la vida y la salud del prójimo.
  • Años después Freud dará el nombre de ‘transferencia’ a la intensa relación personal que se da en el curso de la atención médica, sobre todo cuando se trata de enfermedades de evolución prolongada.

El cuarto aspecto estructural de la relación médico–paciente es la comunicación, esto es, el conjunto de los recursos técnicos, entre los cuales figura principalmente –aunque no exclusivamente– la palabra, a los que el médico apela en el diálogo transubjetivo en virtud del cual se actualizan las operaciones objetivantes y empáticas.

El momento cognoscitivo, que integra todas aquellas operaciones cuyo fin es el conocimiento de la enfermedad (diagnóstico nosológico); el conocimiento del sujeto que la padece y que la vive de una manera personal e intransferible (diagnóstico clínico); así como también el conocimiento del curso de la enfermedad y de sus potenciales consecuencias (pronóstico). El momento afectivo, que comprende las emociones y sentimientos propios de la relación clínica que experimentan médico y paciente. El momento operativo, que corresponde a la conducta y a los procedimientos que aplica el médico en la atención del paciente. El momento ético, que entraña la sujeción a las normas que regulan la conducta del médico en marco de la relación clínica; y El momento histórico – social, que comprende los aspectos sociales del médico, del paciente, de la enfermedad y de la propia relación.

Aquí precisa subrayar, como anota Rubio Sánchez (óp. cit.) que estos diferentes momentos de la relación no son sucesivos. En realidad ellos se producen simultáneamente aunque en cada tiempo prevalezca uno de ellos, pero siempre impregnados por el momento histórico–social en el que se produce el encuentro entre el médico y el paciente, y siempre regulados por el componente ético.

La relación clínica: proceso de toma de decisiones Gracia D (4) cita a Bergsma J, Director del Dpto. de Psicología Médica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Utrecht, Holanda, quien, coincidiendo en ello con Pellegrini E y Thomasma D, con quienes trabajó en la U. de Yale, considera la relación médico paciente como un proceso conjunto de toma de decisiones más o menos conflictivas, en el que el paciente aporta su sistema de valores y su enfermedad, y el médico su propio sistema de valores y su competencia científico–técnica.

La decisión se adopta luego de una ponderación de las alternativas disponibles teniendo en cuenta no solamente los factores biológicos y médicos sino también los sistemas de valores en juego. Este proceso, complejo y a veces duro, pasa por tres etapas: ordenación de la jerarquía de posibilidades; priorización sobre la base de criterios que aspiran a privilegiar la objetividad, controlando las apreciaciones extremadamente subjetivas; y la elección final.

Para Bergsma, la resolución de los conflictos puestos en debate dependería más que de la solidez de los aspectos lógicos y filosóficos inherentes al juicio clínico, de la corrección en el proceso psicológico de la toma de decisiones, lo que implica prestar la debida atención a los aspectos psicológicos, sociales y culturales que enmarcan la relación médico–paciente.

El relanzamiento de la ética en medicina Reiteramos con von Weizsäacker V, Laín y Gracia que el rasgo más profundo de la medicina actual es la introducción del sujeto en el pensamiento y en la práctica de la profesión médica. En el mundo moderno se da el tránsito de una medicina que implícitamente reducía al enfermo a la condición de puro ‘objeto natural’ a un modo de proceder que demanda que el paciente sea visto como ‘persona’.

Para ello, luego de la rebelión del sujeto, que se dio en el marco de las tres grandes revoluciones, la inglesa, la norteamericana y la francesa que signan la entrada a la modernidad, se tuvo que dar lo que Gracia denomina la ‘rebelión del paciente’, la misma que se hizo evidente hacia mediados del pasado siglo, y en virtud de la cual el paciente ya no solamente demanda una atención de su persona que no haga distingos entre ricos y pobres, sino que reivindica su condición de agente moral autónomo, es decir, su capacidad para participar protagónicamente en la toma de decisiones en todo aquello que tenga que ver con su vida y su salud.

Esta nueva actitud, como veremos luego, encuentra su concreción en la primera Carta de Derechos de los Pacientes que aprueba la Asociación Americana de Hospitales el año 1973, en EE. UU. de Norteamérica, y que sirvió de modelo a documentos similares en otros países del mundo occidental.

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Principales hitos en el relanzamiento de la ética médica Simón P (5) subraya que los años setenta constituyen un hito importante en el desarrollo de la doctrina del consentimiento informado, la expresión más completa y concreta del principio de autonomía, y ello, en primer lugar, porque en esa época nace la bioética como disciplina, hecho que repercute en temas básicos como el modelo de la relación médico–paciente y el problema de la información y la obtención del consentimiento informado.

En segundo lugar, es en el año 1973 que aparece –como ya se ha mencionado– la primera Carta de Derechos de los pacientes en el seno de los movimientos sociales en defensa de los derechos de los consumidores. En tercer lugar, la publicación del Informe Belmont (1978), como respuesta normativa a los errores detectados en el curso de la investigación médica.

Y, por último, la sentencia judicial en el caso Canterbury vs. Spencer (1972), que le dio fuerza judicial a la doctrina del consentimiento informado. • El nacimiento de la bioética Fue el oncólogo norteamericano Van Renselaer Potter quien -en el año 1971– introdujo el término en su libro titulado Bioética: puente hacia el futuro, en el cual se interroga acerca del futuro de la humanidad ante los retos planteados por el creciente desarrollo de la tecnología y su impacto en los ecosistemas que hacen posible lo viviente.

Gracia (6) recuerda que el mismo Potter la proyectó “como una nueva disciplina que combinara el conocimiento biológico con el conocimiento de los sistemas de los valores humanos”. La nueva ciencia encontró un campo fértil en los dominios de la medicina, en los que claramente se percibía la necesidad de regular el uso de la tecnología en múltiples situaciones desde el nacimiento hasta la muerte.

Y es en el campo médico, siempre según Gracia, que la definición de bioética adquiere su sentido pleno, como el proceso de contrastación de los hechos biológicos con los valores humanos a fin de mejorar la toma de decisiones incrementando su corrección y su calidad. En un plano más amplio y recogiendo el espíritu de lo sugerido por Potter, la bioética se nos presenta, hoy, al decir de Martínez Bullé–Goyri(7), “como un espacio de reflexión plural sobre el impacto del desarrollo científico y tecnológico en la naturaleza y en las personas, orientada a generar los criterios que hagan posible cursos de acción que cautelen la dignidad de las personas así como todo aquello que la sociedad considere valioso en sí mismo”.

• La carta de los derechos de los pacientes Ya hemos visto que el año 1973 la Asociación Americana de Hospitales promulgó la primera Carta de Derechos de los Pacientes, que sirvió de inspiración y modelo a otras similares en el mundo de la medicina occidental.

Ello se dio en el seno de un movimiento por el cual los usuarios de los sistemas de salud en EE. UU. de Norteamérica exigían se les tratara como personas capaces de participar en el proceso de toma de decisiones de lo que se les ofrecía. • El Informe Belmont El año 1972, el New York Times informa de una investigación sobre la evolución de la sífilis realizada en Tuskegee, una zona muy pobre del Estado de Alabama.

El estudio se había iniciado el año 1932 con cuatrocientos varones de raza negra y un grupo de doscientos que funcionaba como grupo de control. Ninguno había recibido información sobre los objetivos del estudio ni tampoco terapia para combatir la enfermedad, aun cuando desde 1941 se disponía ya de la penicilina.

El revuelo que causó esta investigación, y otras similares en las que se habían tomado a los seres humanos como ‘conejillos de Indias’, violentándose así la dignidad de la persona humana, llevó al Congreso de los EE. UU. de Norteamérica a la conformación de una Comisión Nacional para la Protección de los Sujetos Humanos en la Investigación Biomédica y Conductual, fruto de cuyo trabajo fue el Informe Belmont, que vio la luz el año 1978.

Los miembros de la Comisión habían recibido el mandato expreso de identificar los principios éticos que debían enmarcar la investigación en seres humanos. Así surgen los tres principios básicos: respeto por las personas (autonomía), beneficencia y justicia, a los que luego se agregó el de no maleficencia, inicialmente ligado al principio de beneficencia.

Simón P resume los contenidos normativos de estos principios del siguiente modo: • Principio de respeto por las Personas (autonomía) a) Debe considerarse que todos los individuos son entes autónomos mientras no se demuestre lo contrario. b) Debe respetarse sus criterios, juicios, determinaciones y decisiones siempre que no perjudique a otros, y c) Debe protegerse del daño a los individuos no autónomos, lo cual puede exigir hacer caso omiso de sus criterios, juicios, determinaciones y decisiones.

El procedimiento operativo de este principio es el consentimiento informado. • Principio de Beneficencia a) No hacer daño. b) Extremar los posibles beneficios. c) Minimizar los posibles riesgos. Su expresión operativa: la evaluación de la relación riesgo–beneficio.

Principio de Justicia a) Proporcionar a las personas los beneficios y ventajas que les corresponden. b) No imponer a las personas aquellas cargas que no corresponden. Su expresión operativa en la ética de la investigación es la no discriminación en la selección de los sujetos de investigación. A ello habría que añadir, además de la protección a los grupos más vulnerables de la población, el acceso igualitario a los servicios de salud y la asignación equitativa de los recursos destinados a salvaguardar la salud pública, así como la correcta gestión de los mismos, por lo general bastante limitados.

Un año después de la publicación del Informe Belmont se planteó que estos principios no solamente eran aplicables al campo de la investigación sino a todos aquellos problemas éticos de la medicina. Agrega Simón P que, el año 1979, dos eticistas, Beauchamp y Childress, introducen el principio de no maleficencia, separándolo del de beneficencia.

La no maleficencia, que cada día cobra más importancia, se presenta como un conjunto de reglas tales como ‘no matarás’, ‘no causarás dolor o sufrimiento a los otros’, ‘no incapacitarás a los otros’, ‘no ofenderás a los otros’, y ‘no privarás a los otros de las cosas buenas de la vida’. La no observación de los principios de no maleficencia y justicia, tiene correlato jurídico y quien los incumple es pasible de sanción en el plano judicial.

• La sentencia judicial del caso Canterburry vs. Spencer El Código de Nuremberg de 1948, que se dio luego de un proceso que sentó en el banquillo de los acusados a veinte médicos y tres administradores que cometieron crímenes de lesa humanidad en nombre de la ciencia médica durante el régimen nazi, plantea que el consentimiento voluntario del sujeto humano es absolutamente esencial.

Pero, Gracia (8) nos recuerda que el término consentimiento informado fue usado por primera vez el año 1957, en California, en el caso Salgo vs. Leland Stanford Jr. University Broad of Trustees. Salgo sufrió una parálisis permanente a consecuencia de una aortografía translumbar. Por ello denunció a su médico por negligencia profesional.

En su sentencia el juez señalo que “un médico incumple su deber con el paciente y está sujeto a responsabilidad legal si retiene cualquier dato que sea necesario para que el paciente pueda emitir un consentimiento inteligente al tratamiento propuesto y (que) al hablar sobre el objeto de riesgo debe utilizarse una cierta dosis de discreción, compatible con la revelación de los datos necesarios para un consentimiento informado”.

En 1972, la sentencia en el caso Canterburry vs. Spencer introduce el criterio de la persona razonable, en lugar del criterio de la práctica profesional, en referencia al grado de información que se debe proporcionar al paciente, remarcándose que el derecho a la autodeterminación solo puede ejercerse eficazmente si se le da al paciente la información necesaria para que él pueda tomar una decisión inteligente.

Algunas consideraciones sobre los principios: ¿hay diferencias jerárquicas entre ellos? ¿son Absolutos? Una interrogante clave es si los cuatro principios de la bioética tienen el mismo nivel. Hay quienes sostienen que, en teoría, prima facie, todos los principios tienen igual valor, pero es evidente que en la práctica no siempre pueden satisfacerse todos ellos, lo que significa que alguno prevalecerá sobre otro a la hora de tomar una decisión moral.

  • En esta línea se sitúa Gracia D (9), cuyo pensamiento al respecto trataremos de seguir en este acápite.
  • De entrada, Gracia sostiene que la autonomía no es un principio total.
  • Si lo fuera, dice, no existiría el derecho penal.
  • Añade que el principio de justicia exige que nadie sea discriminado en razón de su condición social, económica, cultural, religiosa, etc., lo que garantiza que todas las personas sean tratadas con igual consideración y respeto.

Si esto es así en el plano social, la misma exigencia es válida en el plano biológico, lo que se expresa en el respeto a la vida y salud de tales personas humanas. Por tanto, los principios de justicia y no maleficencia tendrían un nivel jerárquico mayor que los otros principios y su incumplimiento conlleva una sanción legal.

Ellos conforman lo que se denomina ética de mínimos, lo que supone que existe una ética de máximos, integrada por los principios de beneficencia y autonomía, que se dan de la mano y que prevalecen en el ámbito privado. Pero, el problema es sobre la base de qué criterios se deben resolver los conflictos entre estos principios.

Para Gracia, el que uno prevalezca sobre otro depende de las circunstancias y de las consecuencias de la decisión que se adopte, pronunciándose porque se privilegien la no maleficencia y la justicia sobre la beneficencia y la autonomía. Explica que la ley puede obligarnos a no hacer daño y a no ser injustos, pero no puede obligarnos a ser ‘beneficentes’.

Por ejemplo, para un Testigo de Jehová la transfusión de sangre no es un acto de beneficencia, en tanto que para los demás sí lo es. Lo que es ‘beneficente’ para uno no lo es necesariamente para otro. Autonomía y beneficencia, anota Gracia, obligan a los demás a respetar nuestro propio modo de entender lo que para nosotros es lo bueno.

De ahí que los principios de autonomía y beneficencia reinen en el ámbito privado, mientras que en el ámbito público prevalezcan los principios de no maleficencia y justicia, y se apliquen por igual a todos los miembros de la sociedad. Pero, la reflexión ética se plantea también otro pro blema.

  1. ¿Son los principios absolutos o relativos? Sin apartarnos del enfoque de Gracia D, diremos que desde un ‘principialismo’ estricto, para el cual los principios morales son absolutos, las circunstancias y las consecuencias no tienen papel alguno en el proceso de toma de decisiones.
  2. Pero, bien sabemos que la realidad es tan compleja que ninguna teoría puede aprehenderla en su totalidad.

En términos del autor, la razón humana no puede desentrañar la realidad de modo total y absoluto, y los productos de la razón son siempre limitados, provisionales y abiertos a rectificaciones ulteriores. Ello otorga un lugar importante a la evaluación de las circunstancias, del contexto, así como también a la hermenéutica, es decir, a la interpretación de los hechos y del modo cómo los actores sociales implicados viven esa realidad, y que se refleja en el modo cómo estructura su relato, su narrativa.

Dicha evaluación es un momento importante del juicio moral. Por tanto, en el razonamiento que conduce a una decisión moral hay un momen-to ‘principialista’ y otro que puede denominarse ‘contextualista’ o hermenéutico, y la solución en caso de conflicto estriba en aceptar que los principios no pueden ser absolutos, que tienen excepciones, las mismas que solo pueden ser justificadas en función del contexto y asumidas con extrema prudencia, remarcándose que ellas deben ser las mínimas posibles.

E l médico frente a su paciente en el mundo moderno Para Laín Entralgo (óp. cit.) las cuatro metas que orientan la motivación del médico en su relación con el paciente en el mundo moderno son las siguientes: 1. La voluntad de ayuda técnica En este caso el médico actúa movido por su vocación y su interés de ayudar al enfermo con su conocimiento y destreza técnica.

El yo que en él prevalece es el denominado ego adiuvans y, en su práctica, aun cuando eventualmente se vea obligado a buscar en el paciente los datos objetivos de la enfermedad, y por tanto tratarlo como un ‘objeto’, lo considera fundamentalmente como una persona doliente y necesitada de ayuda.2. El afán de conocimiento científico Hay quienes, privilegiando el conocimiento científico de la naturaleza y sus leyes, se interesanante todo por lograr un diagnóstico objetivo y riguroso.

En ellos predomina el ego sapiens o ‘yo cognoscitivo’ y ven al paciente como un objeto de conocimiento racional.3. El médico ‘funcionario’ Entre los médicos que trabajan al servicio de una institución de salud, sea estatal, sea privada, puede prevalecer el ‘yo funcional’ o ego fungens y el paciente ser visto como una pieza de la maquinaria social a la que hay que reparar y restituir lo más pronto posible y al menor costo.4.

El interés de lucro y prestigio Finalmente, hay quienes actúan movidos por el afán de lucro y prestigio. En ellos predomina el ego cupiens y ven al enfermo primordialmente como un objeto de lucro. Dicho esto, concordaremos en que, para que la práctica de la medicina sea éticamente admisible, el paciente debe ser considerado como una persona doliente y necesitada de ayuda a la par que como un objeto científicamente cognoscible y modificable, procurando tomar decisiones que sean fruto de una deliberación conjunta, salvaguardando, hasta donde ello sea posible, los principales valores en juego, lo que implica conocer al paciente como persona y su modo de sentir y entender la enfermedad.

El recientemente fallecido neurólogo Sacks O (10) lo expresa claramente: “El estudio de la enfermedad exige al médico el estudio de la identidad, de los mundos interiores que los pacientes crean bajo el acicate de la enfermedad Además de la aproximación objetiva del científico, debemos también aproximarnos al interior de la conciencia mórbida intentando ver el mundo patológico con los ojos del paciente”.

  • M odelos de la relación médico paciente Según Emanuel EJ y Emanuel LL (11), las últimas décadas han estado marcadas por el conflicto entre la autonomía del paciente y sus valores, y los valores del médico.
  • Dicha confrontación engloba tanto las expectativas de médicos y pacientes como los criterios éticos y legales de los códigos médicos, lo que plantea interrogantes acerca de la relación médico paciente ideal.

Los autores antes mencionados postulan la existencia de cuatro modelos de la relación médico– paciente, poniendo el acento en las concepciones que cada modelo privilegia en la misma, las obligaciones del paciente y la manera de concebir la autonomía del mismo.

Estos modelos destacan las diferentes visiones sobre las características básicas de la relación médico–paciente. Veamos estos modelos: 1. El modelo Paternalista Este modelo presupone la existencia de un criterio objetivo que permite discernir lo que sea mejor para el paciente, sin que la opinión de este sea la determinante.

Se fundamenta en la suposición de que la enfermedad coloca al paciente en una situación de necesidad y de incompetencia moral, pues el dolor excesivo o la ansiedad y otras manifestaciones de la enfermedad perturban el buen juicio del paciente y su capacidad para tomar decisiones.

Por tanto, el médico actúa como el tutor del paciente, como un buen padre que sabe qué es lo mejor para el paciente, sin que sea necesario la participación de este, pero cuidando de situar los intereses del paciente por encima de los propios, expresión de un acendrado altruismo.2. El modelo informativo Llamado también modelo científico o modelo técnico.

En él la obligación del médico es proporcionar al paciente la información relevante para que, dentro de los cursos de acción posibles, sea él mismo quien seleccione aquel que mejor se ajuste a su sistema de valores. En este modelo, el papel del médico parece reducirse al de un suministrador de información veraz y de un sujeto técnicamente competente en su especialidad.3.

El modelo interpretativo En este modelo el médico ayuda al paciente a determinar los valores, que muchas veces no están bien definidos. Para ello, el médico trabaja con el paciente en la clarificación de sus objetivos, aspiraciones y responsabilidades, de modo que resulten evidentes aquellos cursos de acción que se encuadren mejor en el marco de los valores del paciente, quien entonces se halla en mejores condiciones para adoptar sus propias decisiones.

En este modelo el médico actúa como un consejero, asumiendo un papel consultivo.4. El modelo deliberativo En este modelo el médico ayuda al paciente a determinar y elegir de entre todos los valores que se relacionan con su salud, aquellos que sean los que mejor sirvan de fundamento para tomar la decisión más adecuada dentro de las diferentes alternativas posibles.

  • En ello médico y paciente trabajan conjuntamente, sin que el médico – quien actúa como un maestro o un amigo– vaya más allá de la persuasión moral, evitando cualquier forma de coacción.
  • La decisión final será el resultado de un diálogo auténtico, signado por el respeto y la consideración mutuas.
  • A la luz de lo expuesto, los autores consideran que el modelo deliberativo es el que mejor se ajusta a una relación ideal subrayando que un médico humanista en el curso de su quehacer profesional debe ser no solamente un agente con capacidad científica técnica en su disciplina, sino también una persona capaz de establecer una relación interpersonal que respete la dignidad de la persona humana y sus valores, y con quien pueda –vía el diálogo transubjetivo– hacer posible se tome una decisión que mejor se adecúe a los sistemas de valores en juego.
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E l paciente como persona y los derechos humanos En un artículo precedente, Mendoza (12), precisábamos que, además de los principios de la bioética, los derechos humanos constituían un pilar fundamental en el trato con los pacientes. Resaltábamos, recogiendo la opinión de Camps V (13), que la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada por la Asamblea General de la ONU el 10 de diciembre de 1948, era para los filósofos del derecho como Norberto Bobbio, uno de los mayores aportes de la ética al derecho y un compendio de todas aquellas reivindicaciones y exigencias que la humanidad ha ido haciéndose a lo largo de la historia; añadíamos que en el fondo de tales derechos subyacen los principios de autonomía, justicia y solidaridad, y un reconocimiento al valor de la dignidad humana.

Por ello no es de extrañar que el 19 de octubre del 2005, la UNESCO emitiera su Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos, que proporciona un marco universal de principios y procedimientos que orienten a los Estados en la formulación de leyes, políticas y otros instrumentos en el ámbito de la bioética.

Dos conceptos son importantes en este campo, el de la persona y el de la dignidad humana. Soberanes JL (14), sostiene, siguiendo a Habermas J, que la idea de la dignidad humana es una de las ideas más poderosas que el pensamiento secular contemporáneo ha recuperado del sentimiento religioso, y que su núcleo fundamental reside en la afirmación de que el hombre posee un valor intrínseco e irreductible, lo que significa que el ser humano, por el mero hecho de serlo merece un respeto incondicionado.

Y para Camps V, antes aludida, persona es el ser que se pertenece a sí mismo, que no puede ser reducido a algo distinto de sí mismo como puro objeto, agregando que esta autopertenencia es el corazón mismo de la conciencia y de la libertad (o autonomía) que solamente reconoce como límite la libertad del otro.

En consonancia con lo antedicho, el Código de Ética y Deontología del Colegio Médico del Perú (15), en octubre de 2007, en su Declaración de Principios plantea que “los principios y valores éticos son aspiraciones sociales y personales (que) En lo concerniente a la sociedad tales aspiraciones son la solidaridad, la libertad y la justicia, y en lo referente a la persona, el respeto a la dignidad, la autonomía y la integridad”.

Además, en el acápite referido a las personas, el mismo Código expresa claramente “que la dignidad de la persona obliga a tratar a toda otra persona siempre como un fin y no únicamente como un medio”, recogiendo así el imperativo categórico de la dignidad del pensamiento Kantiano, lo que implica, “lealtad, diligencia, compasión y responsabilidad”.

Finalmente, en el escenario actual en el que se desenvuelve la actividad médica, hay una creciente conciencia de replantear el quehacer profesional centrando la atención de la salud en la persona humana. El nuevo profesionalismo que se promueve implica un renovado compromiso por la atención del paciente sobre la base de la excelencia profesional, una actitud compasiva y respetuosa de la dignidad de la persona humana, la responsabilidad y el altruismo, que a su vez se sustentan en una correcta aplicación de los principios éticos y las normas legales que regulan el ejercicio de la profesión, encuadrado todo ello en una continua y sólida preparación científico técnica que haga posible la calidad y la seguridad en la asistencia del paciente tanto en el plano individual como en el colectivo.

El autor declara que el presente artículo no ha sido publicado en alguna otra revista. Conflictos de interés: El autor declara no tener conflictos de interés. Fuente de financiamiento: Autofinanciado Referencias bibliográficas 1. Rubio SJL. La relación médica. En: Ridruejo Alonso P, Medina León A, Rubio Sánchez JL.

Psicología Médica. Madrid: Mc Graw – Hill/Interamericana de España; 1996:505 –28.2. Gracia D. Aspectos bioéticos de la medicina. En: Gracia D. Bioética Clínica. Bogotá: editorial El Buho; 1998:69– 84.3. Laín Entralgo P. El médico y el enfermo. Madrid: Ediciones Guadarrama; 1969.4.

Gracia D. Procedimientos de decisiones en ética clínica. Madrid: EUDEMA, S.A; 1991.5. Simón P. El consentimiento informado. Madrid: Editorial Triacastela; 2000.6. Gracia D. El qué y el porqué de la bioética. En: Fundamentación y Enseñanza de la Bioética. Bogotá: Editorial El Buho, 2000:29–49.7. Martínez Bullé–Goyri VM.

Bioética, Derecho y Derechos Humanos. En: González Valenzuela J, coordinadora. Perspectivas de bioética. México: F.C.E; 2000:90–107- 8. Gracia D. Fundamentos de Bioética. Madrid: EUDEMA; 1989.9. Gracia D. Cuestión de principios. En: Gracia D. Fundamentación y Enseñanza de la Bioética.

  1. Bogotá: Editorial El Buho; 2000:89–113.10. Sacks O.
  2. Un antropólogo en Marte.
  3. Barcelona: Editorial Anagrama; 2001:19 pp.11.
  4. Emanuel EJ, Emanuel LL.
  5. Cuatro modelos de la relación médico paciente.
  6. En: Couceiro A.
  7. Editora).
  8. Bioética para Clínicos.
  9. Madrid: ed.
  10. Triacastela; 1999:109–26.12.
  11. Mendoza A.
  12. Fundamentación de la enseñanza de la ética médica y la bioética clínica.

Acta Med Per.2009;26(2):131–4.13. Camps V. Ética para las ciencias y técnicas de la vida. En: Ibarra A, León O. (eds). Cuestiones éticas en ciencia y tecnología en el siglo XXI. Madrid: Edit. Biblioteca Nueva; 2003:225–44.14. Soberanes JL. Reflexiones sobre el concepto de dignidad humana y su proyección en el campo de la bioética.

  • En: González Valenzuela J., coordinadora.
  • Perspectivas de Bioética.
  • México: F.C.E; 2000:237–56.15.
  • Colegio Médico del Perú.
  • Código de Ética y Deontología. Lima.
  • Consejo Nacional del CMP; 2007.
  • Correspondencia : [email protected] Citar como : Mendoza A.
  • La relación médico paciente: consideraciones bioéticas.

Rev Peru Ginecol Obstet.2017;63(4):555-564 Recibido : 15 setiembre 2017 Aceptado : 30 setiembre 2017

¿Qué espera el médico de laboratorio?

El paciente espera recibir atención personal, teniendo siempre en mente la comodidad y la privacidad. También espera que se le asegure que el análisis se ha llevado a cabo de forma correcta y adecuada y que se le ha facilitado al profesional sanitario de forma oportuna.

¿Cuál es el sueldo de un técnico laboratorio clínico?

Salario mínimo y máximo de un Técnicos de laboratorios médicos – de $4,888 a $22,295 por mes – 2022. Un/una Técnicos de laboratorios médicos gana normalmente un salario neto mensual de entre $4,888 y $9,266 al empezar en el puesto de trabajo.

¿Qué hay que estudiar para trabajar en un laboratorio?

Carreras técnicas del Instituto Superior de Tecnicaturas para la Salud. El Técnico en Análisis Clínicos lleva a cabo las tareas inherentes a la práctica de laboratorio en sus respectivas secciones: microbiología, hemocitología, química, inmunoserología, bacteriología, micología, parasitología y endocrinología. Funciones:

Realiza las indicaciones para la obtención de diferentes muestras. Recepciona al paciente. Realiza la selección, extracción venosa y capilar. Obtiene muestras de diferentes materiales biológicos, hisopado faríngeo, uretral, micosis superficiales, entre otros. Procesa las muestras en forma manual y automatizada para las diferentes determinaciones y maneja los distintos aparatos. Procesa controles de calidad externos e internos. Calibra y realiza el mantenimiento diario de aparatos. Prepara reactivos, medios de cultivo, colorantes, entre otros. Elabora estadística, registros de pacientes y transcribe los resultados en libros, archivos, protocolos y bases de datos. Colabora en siete de los procesos administrativos de la compra de insumos y aparatos. Controla, recepciona y entrega insumos.

Duración: 3 años Sede: Hospital Pirovano Horarios: Lunes a viernes 7 a 14 hs, y dos veces por semana de 14 a 18 hs. Contacto : [email protected] Cronograma de ingreso 2023 Requisitos y documentación

¿Qué papel juega el médico dentro del equipo de salud?

Professional roles of a health team: a view of its components Based on the Theory of Roles, this study aimed to examine health team professionals’ views on the role played by their colleagues. We interviewed 39 health professionals: 01 nutritionist, 02 psychologists, 02 nurses, 03 physiotherapists, 04 pharmacists, 10 dentists and 17 physicians.

The results showed that the participants considered that teamwork shares responsibility, which relieves stress and is a way of learning; they also indicate that expectations regarding the professionals’ role are not very clear and that most participants have little knowledge about their colleagues’ professional role.

The most clearly described professional roles are those of physicians, nurses and pharmacists. The most obscure is the psychologist’s role. patient care team; professional role; health Fundamentado na teoria de papéis, este estudo buscou investigar a visão que os profissionais de uma equipe de saúde têm a respeito do papel desempenhado por seus companheiros de equipe.

Entrevistou-se 39 profissionais de saúde: 1 nutricionista, 2 psicólogos, 2 enfermeiros, 3 fisioterapeutas, 4 farmacêuticos, 10 dentistas, e 17 médicos. Os resultados indicaram que os informantes consideram que o trabalho em equipe divide a responsabilidade, aliviando o estresse; é uma forma de aprendizado; indicam também que as expectativas quanto aos papéis profissionais não são claras e que a maioria dos informantes tem pouco conhecimento a respeito do papel profissional dos companheiros de equipe.

Os papéis profissionais descritos com mais clareza foram os de médico, enfermeiro e farmacêutico. O mais obscuro é o do psicólogo. equipe de assistência ao paciente; papel profissional; saúde Este estudio, basado en la Teoría de Roles, tuvo como objetivo estudiar la visión que los profesionales de un equipo de salud tienen con relación al rol de sus compañeros de equipo.

  1. Entrevistamos a 39 profesionales de salud: 01 nutricionista, 02 psicólogos, 02 enfermeras, 03 fisioterapeutas, 04 farmacéuticos, 10 dentistas y 17 médicos.
  2. Los resultados mostraron que, al compartir el trabajo, los participantes dividen responsabilidad, disminuyen el stress; así como lo consideran una forma de aprendizaje; las expectativas en relación a los roles profesionales no son claras y la mayoría conoce muy poco el rol profesional del equipo.

Los roles profesionales descritos más claramente son los de médico, enfermero y farmacéutico. El menos especificado es el del psicólogo. grupo de atención al paciente; papel profesional; salud

  • ARTÍCULO ORIGINAL
  • Los roles profesionales de un equipo de salud: la visión de sus integrantes
  • Sandra Regina da Costa Saar I ; Maria Auxiliadora Trevizan II
  • I Enfermera, Reserva Militar, Doctor en Enfermería, e-mail:
  • II Enfermera, Profesor Titular de la Escuela de Enfermería de Ribeirão Preto de la Universidad de São Paulo, Centro Colaborador de la OMS para el Desarrollo de la Investigación en Enfermería, Investigadora 1A del CNPq
  • RESUMEN

Este estudio, basado en la Teoría de Roles, tuvo como objetivo estudiar la visión que los profesionales de un equipo de salud tienen con relación al rol de sus compañeros de equipo. Entrevistamos a 39 profesionales de salud: 01 nutricionista, 02 psicólogos, 02 enfermeras, 03 fisioterapeutas, 04 farmacéuticos, 10 dentistas y 17 médicos.

  • Los resultados mostraron que, al compartir el trabajo, los participantes dividen responsabilidad, disminuyen el stress; así como lo consideran una forma de aprendizaje; las expectativas en relación a los roles profesionales no son claras y la mayoría conoce muy poco el rol profesional del equipo.
  • Los roles profesionales descritos más claramente son los de médico, enfermero y farmacéutico.

El menos especificado es el del psicólogo. Descriptores: grupo de atención al paciente; papel profesional; salud INTRODUCCIÓN Con la intención de rescatar históricamente el origen del equipo de salud, como es actualmente conocido, retrocedemos en el tiempo y conseguimos delinear tres modelos de “equipo de salud” (1) que regían a partir del siglo XVII.

Cada uno con características distintas, sin embargo con una semejanza: la preocupación con el estado de salud de la población. Se resalta que el autor no menciona el término “equipo de salud”, no obstante, al describir las etapas de formación de la medicina social, menciona un equipo que trabaja en pro o en nombre de la salud.

Siendo ellas.

  1. – Medicina del Estado, desarrollada en Alemania a comienzos del siglo XVII, sobre la cual podemos delinear un “equipo de salud” constituido por médicos, con una organización administrativa central que supervisa y dirige el trabajo médico; con empleados médicos nombrados por el gobierno.
  2. – Medicina Urbana desarrollada en Francia a fines del siglo XVII en el cual podemos observar un “equipo de salud” constituido por médicos, químicos y físicos.
  3. – Medicina de Fuerza del Trabajo desarrollada en Inglaterra en el segundo tercio del siglo XIX, sobre la cual se muestra un “equipo de salud” constituido por médicos que se ocupaban de los pobres, médicos que se ocupaban de problemas generales como las epidemias y médicos privados que se ocupaban de quien les podían pagar.

En el siglo XVIII, con el surgimiento del Hospital, como un local de cura y no mas como lugar de muerte, con tratamiento medicamentoso y disciplina dentro del espacio hospitalario, fue visualizándose el surgimiento del “equipo de salud” al cual estamos mas familiarizados.

Este “equipo de salud” esta presente en el ritual de la visita médica, el cual es seguido por toda una jerarquía dentro del hospital, sea: asistentes, alumnos, enfermeras y otros. Consideramos que, a partir de este evento, el equipo de salud fue conformado (1), Estas modalidades de “equipos de salud” descritas tienen pocas semejanzas con los equipos de salud con los cuales convivimos.

Estamos acostumbrados a ver un equipo constituido por médicos, enfermero, otros profesionales de enfermería, psicólogos, nutricionistas, dentistas, fisioterapeutas, farmacéuticos y asistentes sociales, comúnmente denominado equipo multiprofesional o interdisciplinario de salud.

La multiprofesionalidad es considerada una estrategia que orienta y posibilita el realizar una asistencia integral. Equivocadamente, la confundimos con interdisciplinariedad. La primera se refiere a la yuxtaposición de diversas disciplinas y cada profesional actúa de acuerdo con su saber especializado; el proceso terapéutico es fragmentado.

La segunda implica la interacción entre dos o mas disciplinas, la cual se refleja en conceptos-claves, dentro de la epistemología y en la organización de la investigación y la enseñanza (2-3), Los primeros trabajos multiprofesionales surgieron en las décadas del 1930/40, estando relacionadas al área de la salud mental.

  • Para realizar el presente estudio, partimos de algunos supuestos, los cuales fueron: el individuo desempeña diversos roles dentro del sistema social en el cual se desenvuelve, encontrándose dentro de ellos, los roles profesionales; el rol que un individuo desempeña esta delineado de acuerdo con los roles desempeñados por otras personas presentes en el sistema social de referencia; la definición de la situación representada por un determinado participante es parte integral de una representación alimentada y mantenida por cooperación de mas de uno dentro del equipo; cada uno de los participantes de este grupo o equipo deben dar su propia definición de rol; el equipo es un grupo de individuos que cooperan para realizar una actividad de rutina particular; existe vínculo de dependencia recíproca que une a los miembros del mismo equipo con lo otros (4-5),
  • Considerándose estos supuestos, buscamos investigar la visión que los profesionales del equipo de salud tienen con relación al rol desempeñado por sus compañeros de equipo.
  • MEDOLOGÍA
  • Para el desarrollo de este estudio nos guiamos de los preceptos del enfoque cualitativo y adoptamos para el análisis de los datos el referencial de Análisis del Discurso (6),
  • La investigación empírica fue realizada en una organización militar de Minas Gerais, específicamente en su hospital, el cual es considerado de pequeño tamaño y cuenta con los servicios de medicina, cirugía, enfermería, odontología, psicología, farmacia, fisioterapia, laboratorio, nutrición así como, los servicios de apoyo y de administración.
  • Se resalta que los datos sólo fueron recolectados posterior a la obtención de la aprobación del proyecto por el Comité de Ética e Investigación de la Escuela de Enfermería de Ribeirão Preto y con el consentimiento de la dirección de la referida organización militar.

Fueron entrevistados treinta y nueve profesionales de la salud: 01 nutricionista, 02 psicólogos, 02 enfermeros, 03 fisioterapeutas, 04 farmacéuticos, 10 dentistas y 17 médicos (aproximadamente 80% de los profesionales de la salud del hospital). A través del consentimiento de los participantes grabamos las entrevistas, las cuales fueron posteriormente transcritas para su análisis.

  1. RESULTADOS
  2. El análisis de los datos hizo posible la construcción de 3 categorías de análisis: trabajo en equipo, percepción de los roles profesionales y equipo multiprofesional, las mismas que constan de dos subcategorías: como es percibida y las expectativas.
  3. Trabajo en equipo

El trabajo en equipo es considerado importante, no obstante difícil. Es percibido como una manera de dividir responsabilidades y de alcanzar mas rápidamente la recuperación y la salud del paciente. Esta visión se justifica, por cada profesional tener una percepción diferente de la situación, es la “unión” de las diferentes percepciones lo que facilita la comprensión del todo, permitiendo vislumbrar al paciente en su totalidad.

Se requiere adaptación con la finalidad de evitar obstáculos y nuevamente recomenzar. El trabajo en equipo es considerado como una fuente de aprendizaje, por permitir el contacto con otras experiencias a través del diálogo profesional y de las discusiones de casos. Lo que puede ilustrarse con lo siguiente.

En el trabajo en equipo amplias tus conocimiento, puedes subsanar dudas, vamos trabajando con personas de otras áreas, mejoras tu diagnóstico, el poder visionar al paciente como un todo es bueno. Percepción de los roles profesionales Todos los participantes mencionan que los roles de los profesionales integrantes del equipo son diferenciados.

Mencionan que es difícil esta definición cuando existe número insuficiente de profesionales. Diversas razones fueron mencionadas para esta diferenciación y se resumen en: la existencia de jerarquía, existencia de leyes que reglamentan las profesiones y la imposibilidad de saberlo todo, de ahí el surgimiento de roles complementarios.

Se mostró en las expresiones de los participantes una imagen de discriminación/descalificación de los demás profesionales por parte de los médicos Yo veo esto así, tal vez sea anti-ético lo que estoy diciendo, pero veo una discriminación muy grande por parte del médico en relación al resto del personal de trabajo, es decir, del área de la salud.

  • El rol del farmacéutico El rol del farmacéutico fue claramente delimitado en tres áreas de actuación: gerencia, bioquímica y farmacia propiamente dicha.
  • Existe una mayor expectativa, por parte de médicos, enfermeros y dentistas, en relación a la orientación y aclaración sobre los efectos colaterales e interacciones medicamentosas.
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La actuación del bioquímico aparece en segundo lugar como el mas necesario, siendo el apoyo al diagnóstico clínico indicado como una justificativa. La gerencia es caracterizada por la responsabilidad, dada por los informantes, en cuanto a la adquisición, control y distribución de medicamentos y material médico hospitalario.

  • Otra área citada como de competencia del farmacéutico fue la Comisión de Control de Infección Hospitalaria, no obstante no fueron explicitadas las actividades desempeñadas.
  • Es necesario relatar que uno de los participantes considera al farmacéutico innecesario dentro del equipo de salud.
  • Según este profesional, el bioquímico es quien tiene el rol imprescindible yo no veo la necesidad de un farmacéutico dentro de un equipo multidisciplinar.

El rol de un bioquímico es importante, para poder ayudarnos con exámenes complementarios. Sobre el farmacéutico no veo la importancia de su rol. Algunos afirmaron que, a pesar de conocer las actividades de los farmacéuticos en farmacia y en laboratorio, no tenían claro cual es su rol.

  • Rol del médico El médico es considerado como el profesional “puerta de entrada” del paciente, es decir, lo recibe, da su diagnóstico, elabora el plan terapéutico y realiza las interconsultas necesarias.
  • Los participantes establecieron como rol principal del médico, el diagnóstico clínico.
  • En relación al tratamiento, existen algunas divergencias: la mayoría de los participantes lo considera de responsabilidad del médico, no obstante ejecutado en forma conjunta con otros profesionales; otros consideran que el tratamiento es una acción complementaria de los diversos profesionales y cada uno tiene parte de la responsabilidad.

El médico es también visto como coordinador del equipo de salud, siendo responsable por orientar y supervisar el trabajo de los demás profesionales. Siendo definido como: profesional de poca visión, prejuicioso, resistente al trabajo en equipo, centralizador de acciones, “el todopoderoso”.el médico es entrenado para ser de la forma que es,

  1. Los médicos mas antiguos se resisten a trabajar en equipo, las personas que ya se formaron mucho tiempo tienen mucho preconcepto se sienten realmente superiores.
  2. Rol del dentista La imagen del dentista construida dentro del equipo no es muy clara.
  3. Él es percibido como “curador de dientes” y como profesional técnicamente capaz de diagnosticar y tratar patologías bucales con repercusiones sistémicas, siendo responsable, por lo tanto, por diagnósticos diferenciales importantes, con cierta frecuencia, el cáncer de boca.

En relación a su participación dentro del equipo de trabajo va desde insignificante e indispensable hasta fundamental e imprescindible. La mayoría de los entrevistados consideran el trabajo del dentista de tipo ambulatorio, aislado del equipo de salud.

  • Fue mencionado un proceso de cambio en el trabajo de los dentistas, producto de la estrategia del Programa de Salud de la Familia que, de cierta forma, viene contribuyendo para integrar al equipo.
  • Rol de psicólogo
  • El psicólogo fue considerado importante dentro de la composición del equipo de salud, sin embargo su participación fue claramente definida.
  • El propio nombre lo dice, es mas relacionado a la parte subjetiva y psicológica, siendo mas general, no enfoca al paciente en un solo aspecto, ve al paciente como un todo, eso creo.

La mayoría de los participantes menciona que es de responsabilidad del psicólogo brindar apoyo emocional al paciente, la familia y al equipo. Apenas uno mencionó la participación del psicólogo como profesional capaz de diagnosticar, establecer y conducir un plan terapéutico.

Algunos al describir el rol de este profesional, mencionan actividades relacionadas a la solución de problemas socio-económicos de los pacientes y sus respectivas familias, no considerando la existencia del asistente social.tiene un rol destacado en su trabajo, sobre todo en relación al apoyo psicológico, de asistencia social y orientación.

Rol del fisioterapeuta La actividad de rehabilitación fue la mas citada. Esta fue dividida en rehabilitación motora, rehabilitación respiratoria y rehabilitación social; es decir, la reintegración del paciente al medio al cual pertenece. Algunos participantes mencionaron el rol del fisioterapeuta como coadyuvante del trabajo médico.

Creo que es el rol de coadyuvante Trabajamos colaborando. Otros lo perciben como un profesional capaz de promover la salud, diagnosticar y tratar patologías que envuelven los diferentes sistemas orgánicos que limitan al individuo en sus actividades diarias. Dos de los participantes hicieron mención de que los fisioterapeutas, de forma general, prefieren el trabajo ambulatorio y poco interactúan con el equipo de salud.

Rol del nutricionista Los entrevistados mencionaron que auxilian en la dieta de los pacientes y profesionales, siendo esta su función principal. La evaluación nutricional y la educación alimenticia fueron otras descripciones de su rol. El nutricionista fue considerado un profesional que depende del médico y es visto como coadyuvante de este profesional.

Orientaciones con respecto a la dieta, sugerencias en relación a la prescripción de la dieta Cuando se prescribe una dieta, esta dieta tiene que pasar primero por la evaluación del médico. Es percibido como poco participativo, no obstante es considerado importante para el equipo de salud. Dos de los participantes mencionaron que, además de la nutrición clínica, el nutricionista tiene un rol importante en la industria de alimentos.

Uno de los participantes considera al nutricionista como el único profesional capaz de elaborar menús saludables y adecuados a las necesidades de los pacientes, sin que esto vaya en contra del presupuesto familiar hospitalario o doméstico. Rol del enfermero Los participantes tiene una visión variada al respecto.

Atribuyen al enfermero actividades del área administrativa, del área asistencial y educacional. El rol administrativo del enfermero fue el mas citado por los entrevistados. Las funciones administrativas fueron subdivididas en tres áreas de acción: proceso de trabajo, ambiente institucional y equipo de salud.

Las acciones descritas se refieren a la provisión de recursos para que las actividades en salud puedan ejecutarse, el mantenimiento de equipos, la organización y limpieza de las unidades asistenciales, así como actividades de interacción con todos los miembros del equipo de salud, sea disponiendo lo necesario para el cuidado al paciente o como agentes de informaciones.

  1. Los participantes delinearon dos formas como los enfermeros participan cuando cuidan del paciente; en actividades directas, mencionándolas como procedimientos invasivos mas complejos y acciones indirectas como por ejemplo, la supervisión de los cuidados prestados.
  2. En relación a la actividad educativa, los entrevistados explicaron que el enfermero es responsable por entrenar a los demás miembros del equipo de enfermería, orientándolos técnicamente, repasando conocimientos necesarios para realizar procedimientos y entrenándolos para el servicio y en servicio.
  3. El equipo multiprofesional
  4. Como es percibido

Fue mencionado por los participantes que el trabajo en equipo es una importante fuente de aprendizaje. La imagen que construimos de este equipo a partir de sus expresiones es la de “un rompe cabezas” en el cual las piezas van encajando “perfectamente” y el producto final retrata un todo complejo.

  • Los entrevistados refirieron que no todos los profesionales conocen el rol, la función o la competencia de sus compañeros de equipo.
  • Mencionaron una disputa por el poder y también miedo de perder espacio y status profesional, así como la existencia de “feudos” profesionales difíciles de penetrar.
  • Se señala que esta dificultad es provocada por el escaso diálogo entre los profesionales, lo que dificulta las interrelaciones entre los miembros del equipo e indican la falta de espacio adecuado para realizar reuniones y encuentros.

Así mismo se citó un distanciamiento mayor del profesional médico con el resto de profesionales del equipo, refiriendo que este comúnmente se coloca en un pedestal, lo que dificulta la aproximación. Atribuyeron a las Universidades la responsabilidad por el reconocimiento de los distintos roles profesionales y por la poca adaptación del equipo, toda vez que en las instituciones educativas no se promueven actividades conjuntas / integradas durante el proceso de formación.

  1. Ellos también mencionaron que cuando una situación sale fuera de la rutina de trabajo, es decir cuando sale “algo mal”, existe un juego de culparse unos con los otros.
  2. Las expectativas Los profesionales entrevistados mostraron deseos de que exista una mejor definición del propósito para el trabajo y una mejor integración entre los miembros del equipo.

Cada profesional debe hacer su parte y todos los integrantes del equipo deben ser capaces de escuchar y respetar al otro. Ellos piensan que cuando se conoce bien lo que cada profesional realiza, existe mayor desempeño, lo que proporciona una mejor atención al paciente.

  1. Afirman que el contacto diario entre los miembros del equipo mejora las interrelaciones y disminuye la sobrecarga y estrés del trabajo.
  2. Surgieron dos discursos, la existencia por parte de algunos profesionales, de dependencia del médico para la toma de decisiones.
  3. Los médicos a su vez, se colocan como centros de decisión y consideran para sí la supervisión del trabajo de otros profesionales.

DISCUSIÓN Algunos autores (7-12) realizaron estudios del tema tratado. Uno de ellos (7) investigó específicamente el estudio de la atención multiprofesional al paciente hipertenso, indicando una definición clara del rol ejercido por cada profesional, considerando la propia especificidad de cada uno y refirió que algunas actividades dentro del equipo son obvias.

En nuestro estudio, verificamos lo opuesto: los miembros del equipo de salud conocen poco sobre los roles profesionales de sus compañeros de equipo. Tal situación, muestra que no se tiene expectativas claras en relación a lo que cada profesional debe / puede realizar en este equipo; así como falta de claridad en relación a como un profesional puede complementar el trabajo del otro.

La integración entre los miembros de un equipo tiene relación directa con las metas institucionales y con el tipo de actividad que se proponen desarrollar (8), Es esa relación que “define” los objetivos y los obstáculos con los cuales el equipo se enfrenta.

  • El equipo investigado se encuentra dentro de una organización militar.
  • Por lo tanto se considera que el contexto común a estas instituciones (jerárquica, prioridad a actividades militares) pueda haber influenciado en los resultados obtenidos, a pesar que todos los entrevistados también trabajan en otras instituciones de salud.

Es evidente que, dentro de los profesionales del equipo multidisciplinar, quien tiene su rol delimitado de forma clara es el médico. A seguir, aparece el enfermero y el farmacéutico. El psicólogo es el profesional cuyo rol es mas indefinido, siendo mencionado su apoyo al paciente y la familia durante la hospitalización; así como al equipo.

  1. A pesar de esto no esta explicito en las expresiones como este apoyo se establece y cual es su significado.
  2. A pesar que el enfermero es el segundo profesional con el rol mejor delimitado, existe por parte de los sujetos una serie de expectativas en relación a su rol.
  3. En especial los médicos, esperan que se dedique mas al cuidado, sin embargo afirman que el enfermero es imprescindible en la administración.

Asimismo; de ser considerados como miembros del equipo de salud; los dentistas, fisioterapeutas, nutricionista y psicólogos fueron mencionados como muy distantes al equipo, por realizar la mayor parte de tiempo su trabajo de tipo ambulatorio. Lo que nos lleva a pensar que el trabajo en equipo, en la perspectiva de los entrevistados, se restringe al trabajo hospitalario.

Se resalta que apenas tres de ellos ampliaron su visión para mas allá de los hospitales. La situación muestra y refuerza una práctica de atención a la salud hospitalaria céntrica, basada en un modelo biológico-curativo para sus intervenciones terapéuticas. CONSIDERACIONES FINALES Vivimos en una época en la cual la interdisciplinariedad es discutida e indicada como un remedio para todas las “dificultades en el mundo de hoy”.

Sin embargo, los resultados de este trabajo nos lleva a indagar como desarrollar la interdisciplinariedad, considerando que en el trabajo diario existe desconocimiento sobre, qué y cómo las disciplinas se complementan. ¿Cómo podemos practicar la interdisciplinariedad, si desconocemos el rol profesional de los miembros del equipo de salud?.

Estamos de acuerdo, que “la interdisciplinariedad solo obtiene éxito, si es vista como una forma del conocimiento y práctica científica, en la medida en que la disciplina que utiliza (de la misma forma que el sujeto de la práctica) se apropia de la disciplina utilizada, pasando rigurosamente por dentro de la problemática” (13),

En este sentido, la interdisciplinariedad representa toda actividad desarrollada y vivida a partir de distintos enfoques, integrando diferentes contenidos y llegando al mismo objetivo. En otras palabras, abarca un fenómeno que debe ser analizado bajo la óptica de diversas ramas del conocimiento del tal forma, que los profesionales involucrados lo aprecien en su totalidad (14),

  • Evidenciamos de esta forma, la dicotomía teoría / práctica.
  • La manifestación de los académicos es la interdisciplinariedad, sin embargo, en el mundo de trabajo es la disciplina quien manda (son los “feudos” de las especialidades quienes prevalecen).
  • En este estudio, se evidenció que los propios académicos, a través del proceso formador, son quienes mantienen la práctica disciplinar.

Son poco exploradas las actividades en conjunto, y cuando ocurren, no se permiten que los participantes perciban la importancia del rol profesional desempeñado por los diferentes miembros, y cual es el vínculo con su rol. La aproximación que realizamos, sobre la visión que los integrantes del equipo de salud tiene con relación a sus compañeros, fue rápida y restricta a un único local de práctica, por lo tanto, es limitada.

¿Qué relacion hay entre el médico y la sociedad?

Entre la Medicina y la sociedad, existe indiscutiblemente una influencia recíproca: el avance técnico y científico en las Ciencias Médicas ha contribuido al surgimiento de las doctrinas sociales, y estas a su vez han facilitado el desarrollo de la Medicina.

¿Cuál es la importancia de los análisis clínicos?

¿Qué es una prueba de laboratorio? – Una prueba de laboratorio (también llamado análisis clínico) es un procedimiento clave en muchas consultas de atención médica. Para realizarla, se toma una muestra de orina, sangre u otra sustancia del cuerpo del paciente, y se la somete a una serie de pruebas para conocer el nivel de ciertos indicadores.

En general, los análisis clínicos forman parte de un chequeo de rutina. Por ejemplo, a través de una prueba de laboratorio, un paciente puede saber con exactitud el nivel de hierro, colesterol, bilirrubina, glucosa y muchos otros tipos de elementos presentes en su sangre. Si alguno o varios de estos elementos no presenta valores normales, puede indicar la presencia de una anomalía en el funcionamiento de algún órgano.

Este tipo de estudio también sirve para conocer cómo el paciente está respondiendo a un determinado tratamiento o medicación. Por último, cabe destacar que las pruebas de laboratorio son fundamentales para hacer un diagnóstico; pero no son suficientes.

¿Cuánto tiempo dura la carrera de laboratorio clínico?

Duración de 3 anos 6 meses. Titulación por examen CENEVAL. Convenio con el IMSS a nivel nacional.

¿Cómo contribuye el laboratorio clínico a la salud pública?

Los ensayos clínicos pueden contribuir a uniformar la práctica médica, elevar la calidad de la atención al paciente y mejorar la organización de un servicio de salud, por lo que tienen el potencial de salvar vidas, de reportar beneficios en la mejora de la calidad de vida de los pacientes, de contribuir a cambios Page

¿Cuántas horas trabaja un técnico de laboratorio?

La jornada normal para el personal de laboratorio y telefonista será de 6 horas diarias y 36 semanales. El personal de laboratorio ingresado a partir del año 1992, puede ser contratado con una jornada mensual de 8 horas diarias y 48 horas semanales, si se le abonare el 33% sobre su salario básico.

¿Cuánto gana una enfermera?

Tasa salarial Año Mes Quincena Semana Día Hora ¿Cuánto gana un Enfermero en Argentina? El salario enfermero promedio en Argentina es de $ 253.500 al año o $ 130 por hora. Los cargos de nivel inicial comienzan con un ingreso de $ 133.332 al año, mientras que profesionales más experimentados perciben hasta $ 432.000 al año. Que Relacion Existe Entre Un Medico Y Un Laboratorio Clinico

¿Cuántas horas trabaja un técnico de laboratorio clinico?

¿Cuánto cobra un técnico de laboratorio? – El sueldo del técnico en laboratorio clínico y biomédico puede ser un atractivo en tiempos tan azarosos como los presentes, y dentro de una profesión tan necesaria había de hoy como es esta. Y es que las remuneraciones anuales de un técnico de estas características pueden llegar a ser bastante sustanciosas.

  • Así, el salario puede abarcar entre los 17.000 y los 25.000 euros anuales, aunque asimismo puede llegar a sobrepasar los 35.000 para aquellos profesionales que cuenten con una más dilatada trayectoria y experiencia.
  • Según el periódico El Economista, la FP superior de Técnico en laboratorio clínico y biomédico es una de las cinco en toda España que ofrecen mejores y más provechosas salidas profesionales en el mercado laboral.

Además, es preciso que tengamos en cuenta que tras la zoonosis y pandemia que ha sufrido el planeta con el Covid-19, las profesiones relacionadas con la praxis de la microbiología y del análisis de tejidos y microorganismos resultan hoy más imprescindibles que nunca antes.

¿Cuánto tiempo dura la carrera de laboratorio clínico?

Duración de 3 anos 6 meses. Titulación por examen CENEVAL. Convenio con el IMSS a nivel nacional.

¿Qué especialidades son las necesarias en el laboratorio clínico?

El Laboratorio tiene capacidad para llevar a cabo análisis de alta especialización en las diversas áreas clínicas : hematología, bioquímica, microbiología y genética.